Opinión de los lingüistas

¿Qué opinan los lingüistas?

 

El lenguaje de los jóvenes: Seminario sobre "el español de los jóvenes"


Lingüistas, investigadores, docentes y escritores se reunieron recientemente en el histórico Monasterio de San Millán de la Cogolla, en un seminario sobre "El español de los jóvenes" que fue inaugurado por el director de la Real Academia Española y presidente de la Fundéu BBVA, Víctor García de la Concha. He aquí un resumen de las conclusiones del encuentro, elaborado por las filólogas Carmen Herrera, María Manjavacas Ramírez y Yolanda Tejado.
La lengua española, la tercera más hablada en el mundo, sigue viva y en continuo movimiento, como lo prueba la renovación constante de las jergas y lenguas especializadas, como el lenguaje juvenil.



Las principales variedades lingüísticas que emplean los jóvenes son dos: la jerga propia (o juvenil, que surge entre iguales, en situaciones de comunicación no formales y, sobre todo, orales; y la lengua estándar, que los jóvenes utilizan para comunicarse con quienes no comparten ese lenguaje, fuera de sus ambientes y ámbitos cotidianos. Paradójicamente, si en la lengua estándar estos jóvenes poseen ciertas carencias, fruto de la inexperiencia comunicativa, y en algunos casos de una formación insuficiente, su jerga destaca por ser creativa, original e ingeniosa.

La jerga de los jóvenes es propia de la edad y no de la cultura, porque los hablantes abandonan su lenguaje característico a medida que maduran. La mayor parte de los adultos deja atrás el lenguaje juvenil cuando tienen una vida estable. Un ejemplo muy claro es que los adultos no se plantean hacer un simpa, es decir, irse sin pagar de un restaurante, porque ya tienen dinero para abonar la cuenta.

En cuanto a cambios semánticos, se trata de emplear palabras con significados diferente al original mediante la utilización de recursos como la metáfora o la ironía: operación gamba (abordar a un hombre o una mujer feos pero con buen cuerpo y de ahí que se pueda aprovechar todo menos la cabeza, que es lo primero que se les quita a las gambas), salir de cacería (a ligar), estar colgado (referido al amor o al vicio). También se recurre a la concatenación de imágenes, como en la relación amor-droga del tipo cuelgue (estado que provoca la droga pero también el amor) o muermo, una enfermedad del caballo que pasa a significar 'aburrido'.

Pero si hay algo que define esta lengua son los procedimientos morfológicos como: creación de sufijos en -ata, -eta, -ote (porreta, segurata, curreta, sociata, buseto, careto...); derivados propios: piños, hostia, fostiar, truño, pasar, cantar, dar el cante; acortamientos: depre, piti, tranqui, bakalas, tuto (instituto); deformaciones lúdicas: jambre, travelos, sinsen (Sanse), gilipón, joplás, ¿qué paisa? ¿a que joribia?, cumpletacos, etc.

El lenguaje juvenil se alimenta del léxico procedente de otras jergas como las del mundo de la drogadicción: pavo, mono, pollo...; del gitano:churumbel, parné, molar, piltra...; del militar: fusil (novia del soldado), quinto...; del cheli: vasca, peña,tronco, to' dios...; del homosexual:bolliscouts (lesbianas que salen a ligar), maricómetro, hacer un finger...
Asimismo, los jóvenes acuden a los extranjerismos, es decir, al léxico de otras lenguas, especialmente al inglés: family, money, luk, glamur, supermanes, etc., y a creaciones a partir de sufijos de otros idiomas con terminaciones del tipo -ation, -ing, -eitor: comunication,edredoning, nomineitor, etc.
El lenguaje de los adolescentes está directamente relacionado con las nuevas tecnologías de la comunicación -chats, SMS, correos electrónicos...-, que les ofrecen un contacto permanente con sus iguales, y con otras formas de expresión como la ropa, la música o la publicidad.






Las conversaciones virtuales de los chats o de los SMS demuestran que no existe una oposición tajante entre el discurso oral y el es~, sino que se trata de escritos oralizados
En estas conversaciones funciona la «economía lingüistica», que consiste en acortar las palabras incluso en los casos en que no es necesario por haber espacio suficiente. Esto tiene una desventaja y es que puede que a veces el destinatario no consiga descifrar parcial o completamente el mensaje, aunque no suele ocurrir entre jóvenes.

Se puede deducir, a partir de aquí, la importancia que esta nueva jerga tiene al dar a conocer la forma en que los jóvenes se comunican en diferentes ámbitos cotidianos.
Respecto a si el lenguaje de los jóvenes empobrece o enriquece la lengua común encontramos diferentes opiniones. Para algunos enriquece pero parcialmente puesto que no todos los términos acaban asentándose en la lengua común, aunque sí es cierto que hay palabras generacionales como polvazo. Además, si el usuario, es decir, el joven sabe emplear esta jerga de edad en el contexto adecuado, el lenguaje juvenil en sí sería intrínsicamente enriquecedor pues se trataría de un nuevo código de comunicación reservado para ciertas situaciones comunicativas. En este caso no constituye un mal que haya que atajar sino un bien que debe fomentarse y hacerse conocer entre los no tan jóvenes, si no para su empleo, sí para su comprensión.

Para otros, el lenguaje juvenil es pobre e incorrecto y exponen que las causas no solo hay que buscarlas en las nuevas tecnologías, chats o SMS, sino también en el nuevo sistema educativo, en el que se han reducido las horas de lengua y literatura y permite a los estudiantes pasar de curso pese a que suspendan asignaturas, lo que nos lleva a la triste realidad de licenciados que cometen faltas de ortografía. Esta pobreza, sobre todo léxica, también se debe a que «el exceso de información provoca desinformación». Los jóvenes tratan de acortar información y al final no están tan informados como se pretende.




El seminario internacional «El español de los jóvenes» ha resaltado la necesidad que tienen los jóvenes de comunicarse, especialmente en la era de la información y de las tecnologías cibernéticas, en la que «nos comunicamos y escribimos más que nunca».
Por ello, y por la tendencia natural que los jóvenes sienten por diferenciarse de los adultos, se crea una forma propia de expresión -más creativa, libre, expresiva y afectiva- que, a menudo, se aleja demasiado de la norma y empobrece el mensaje y la forma de lo que se dice, pues la variedad léxica se limita y deforma y las estructuras se simplifican al máximo hasta el punto de omitir algunos de los elementos básicos de la oración.

En sí esto no supondría inconveniente alguno, siempre y cuando los jóvenes conocieran la norma, aprendida en los centros de enseñanza y en su entorno, y supieran utilizarla en los contextos que así lo requieran.





A continuación, presentamos una entrevista a Ana Mª Vigara Tauste, catedrática de Lengua Española en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, ha centrado su labor investigadora en el estudio de la lengua oral (sobre todo en su vertiente hablada, coloquial o conversacional), del lenguaje juvenil y del uso del lenguaje en los medios de comunicación.






-      Hoy en día se habla mucho del lenguaje de los jóvenes, pero ¿se trata de un verdadero lenguaje o responde más a pautas de comunicación cuyo único fin es diferenciarse de la lengua común?
Los jóvenes hablan «como jóvenes». Esto quiere decir que no hablan como niños (que han sido) ni como adultos (que serán) ni como ancianos. El lenguaje que les es propio es el que comparten con otros jóvenes, sus «iguales», normalmente en situaciones de comunicación no formales y casi siempre orales, aunque el messenger, tan utilizado por los jóvenes, nos está obligando ya a tratar de un modo juvenil especial de escritura. Lo van abandonando conforme asumen responsabilidades de adultos y se incorporan a la vida adulta. Además de su (digamos) jerga, los jóvenes utilizan también la lengua común, obviamente. Su lenguaje particular es contextual, responde, sin duda, a sus necesidades comunicativas y, por tanto, a pautas de comunicación propias y diferentes de las de los adultos, pero no creo que su único fin (quizá ni siquiera su fin específico) sea diferenciarse de la lengua común, en la que están, inevitablemente, insertos


-      Existen distintas posturas entre los expertos que se dedican a estudiarlo. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Es un lenguaje pobre o no lo es? ¿Empobrece o no empobrece al idioma?
Se supone que un joven, precisamente por serlo, tiene en su haber menos experiencias vitales, menos oportunidades de desarrollar su competencia comunicativa, de experimentar cambios de registro… Previsiblemente, el estándar general (lo que llamamos «lengua común») del joven estará, pues, menos desarrollado que el del adulto, será más «pobre», si queremos describirlo así. Sin embargo, lo específico del sociolecto juvenil en ese uso «paralelo» al común es precisamente la riqueza en la habilitación de palabras y el desarrollo de sinónimos, muchos sinónimos, en los ámbitos que les son más propios o queridos al joven, como el ocio, el ligue y el sexo, la libertad individual, los amigos, la expresión de valoraciones y emociones…; los jóvenes deforman lúdicamente las palabras, utilizan sus propios modos de abreviar o de sufijar, recuperan términos antiguos y a veces los dotan de nuevos significados… Desde el punto de vista léxico, su lenguaje específico es, sin duda, muy rico, y algunos fenómenos sintácticos, sobre todos ciertos usos verbales, son muy representativos. La jerga juvenil, que corre paralela a la común y está también en permanente ebullición, difícilmente empobrecerá al idioma; de hecho, no influye mucho en el estándar general.


-      Se dice que las nuevas tecnologías, en particular los SMS, están influyendo de modo negativo en los modos de expresión de los jóvenes y que esa jerga contribuirá al empobrecimiento del lenguaje. ¿Qué hay de cierto en esto?
Una cosa son los SMS, que son escritura que, dado el soporte físico en que se produce, ha de ser por necesidad concisa, sintética y suficientemente contextualizada, y otra los modos de expresión juveniles. ¿Para qué se utilizan los SMS? En general, para cuestiones puramente prácticas y puntuales: citas, avisos, advertencias, notas lúdicas fugaces… La única condición para el uso de abreviaciones y disortografías es que el receptor pueda interpretar el mensaje. La jerga juvenil es mucho más que ese uso escrito limitado y particular que, por cierto, los adultos estamos aprendiendo también con mucha eficiencia. Es sobre todo oral, como decía. El uso entusiasta de los mensajes de telefonía móvil por parte de los jóvenes puede acabar teniendo, a la larga, alguna influencia sobre la ortografía, pero no tiene por qué influir negativamente en la lengua general.


-      La jerga juvenil es muy dada a usar extranjerismos con sentidos muy particulares. ¿Estamos ante un fenómeno de formación de neologismos innecesarios o se trata de una muestra de la capacidad de los jóvenes para crear palabras?
Ambas cosas, creo yo. Pero el uso de extranjerismos, anglicismos sobre todo ahora, nos afecta a todos y quizá muy especialmente a los medios de comunicación. Algunos penetran y arraigan entre nosotros antes de que se nos ocurra plantearnos qué hacer con ellos. Lo peculiar de los jóvenes no es, me parece, tanto el abuso de extranjerismos, ni siquiera ahora que todos nuestros escolares aprenden inglés, cuanto el uso lúdico del anglicismo, sobre todo (por ejemplo, cachar < to catch), y la creación también lúdica de pseudoanglicismos (el víbring del móvil, por ejemplo).


-      Los guionistas de las series de televisión y los publicistas tratan de imitar el habla juvenil para captar su atención. ¿Cree usted que lo consiguen o todo queda en un remedo que no logra parecerse a la realidad?
Es curioso, porque en las jornadas sobre el español de los jóvenes que se celebraron en San Millán de la Cogolla se habló de esto y, para mi sorpresa y supongo que para la de más españoles allí presentes, el guionista mexicano explicó que en su país las series de televisión no consiguen hacerse con el público juvenil porque, entre otros motivos, el lenguaje, censurado por «el buen gusto», no propicia la identificación de los espectadores jóvenes. Desde luego que lo que vemos y oímos en series y películas juveniles o en la publicidad destinada a jóvenes o que los utiliza no es el lenguaje real de los jóvenes, sino una mímesis, una imitación por collage, pero suficiente, en el caso de España al menos, para permitir la identificación.


-      ¿Es apropiado relacionar la jerga a la que nos referimos con el lenguaje marginal y el de las tribus urbanas o se trata de fenómenos distintos?
Todo está relacionado. Pero yo estoy hablando de una jerga general de edad. Es decir, de ciertas tendencias que caracterizan a los jóvenes por ser jóvenes. En el caso de las tribus urbanas habría que añadir una condición social a la temporal de edad: la de pertenecer a una determinada tribu, que desarrolla, sobre todo en lo concerniente a su vestimenta y su música favoritas, su propio léxico dentro del universo juvenil.


-      Los modos de expresión de los jóvenes son muy variados, desde el hip-hop a la creatividad que encontramos en algunos mensajes impresos en las camisetas. ¿Qué puede decirnos de esto?
En efecto, son muy variados y no todos los jóvenes se comportan igual ni hablan de las mismas cosas ni utilizan las mismas palabras; lo que persisten son los procedimientos, las tendencias específicas en el uso del lenguaje. Por ejemplo, aunque muchos adultos podrían decir (y entenderían) «cumplo 50 tacos mañana», la creación de cumpletacos por cumpleaños sería propia de los jóvenes, no de los adultos. Y en cuanto a los mensajes de las camisetas no se puede negar que muchos de ellos son realmente ingeniosos y responden, en cierto modo, a las pautas de comunicación que rigen en los ambientes juveniles. Como muestra valgan algunos de los que se presentaron como ejemplos en las jornadas de San Millán de la Cogolla: «Ahorra agua, no te duches sola», «Cede el vaso» (con el dibujo de la señal de 'ceda el paso' para permitir el juego de palabras entre vaso y paso), «La vida son tres días: dos de fiesta y uno de resaca», «Soy un sol, salgo y me pongo», «100 % libre de silicona».





Debate sobre el lenguaje de los jóvenes y la influencia que tiene su uso en las redes sociales. Univerdad Europea de Madrid. 
Cuatro jóvenes estudiantes de periodismo dan su opinión sobre el uso del lenguaje que hacemos los jóvenes en las redes sociales y su influencia en otros medios.

















Comentarios

Entradas populares de este blog

Diccionario de jerga

Investigación de César Hernández

Jerga juvenil alemana